La suspensión de clases ha obligado a los establecimientos a buscar nuevas herramientas de educación, y a que miles de docentes se reinventen a través de la tecnología. Pero el gran desafío será el repensar la educación una vez terminada la emergencia, recoger las lecciones aprendidas y construir una nueva forma de entregar contenidos.
Desde el 16 de marzo pasado las clases presenciales en nuestro país se encuentran suspendidas, esto después que el Gobierno anunciara la suspensión de clases en todos los centros educativos, tanto municipales como particulares. Decisión, que luego fue extendida por otras dos semanas a principios de abril y obligo a adelantar las vacaciones de invierno, medidas que han planteado un sinfín de críticas, interrogantes y sobre todo desafíos a la educación en Chile.
Frente a este escenario, instituciones a lo largo de todo el país, públicas y privadas, de etapa preescolar, escolar y universitaria, han debido generar nuevas formas remotas de mantener el contacto con sus alumnos. Las necesidades van desde proveer de material académico, impartir clases, apoyar a los padres en la enseñanza, hasta de contener alumnos, paliar la incertidumbre, generar rutinas que ayuden en la crisis y entregar alimentos.


Ningún establecimiento estaba capacitado para enfrentar la pandemia y los efectos que tendría en el aula. Profesores han debido actualizarse, volcarse a la tecnología, reformular contenidos, replanificar el año para intentar dar continuidad al proceso formativo y generar el avance curricular de los niños y niñas.
Eso, de la mano con las necesidades anímicas y personales que cada profesional de la educación debe enfrentar en su propio hogar. La tarea ha sido ardua y demandante para un sistema que no estaba preparado para una cuarentena tan larga y estricta con los menores.
La situación sigue siendo compleja, no hay claridad (hasta la fecha de cierre de este artículo) de la vuelta a clases, sumando un nuevo ítem de incertidumbre a miles de familias, administrativos, directivos y docentes. La cohesión de equipos de trabajo, liderazgos potentes y claros, además de planes de acción rápidos y flexibles frente a la emergencia, hace hoy la diferencia entre las instituciones y la conexión con los alumnos.
Hoy, pero sobre todo a futuro, las instituciones educacionales a lo largo de Chile deberán repensar la forma de entregar el contenido pedagógico, de discutir la presencialidad e incorporar de manera más protagónica el componente digital como medio de diálogo. Para este nuevo escenario será indispensable el fortalecer y potenciar los liderazgos dentro de las organizaciones, liderazgos que apoyen en la formación, en la capacitación, gestión educativa, pero que también sean capaces de enfrentar crisis y generar equipos.
En Soval Consultores, estamos trabajando y analizando los nuevos escenarios en la educación, para apoyar a las instituciones que así lo requieran. Los invitamos, mientras dure la emergencia, a solicitar un diagnóstico gratuito y comenzar a trabajar hoy, en la educación del fututo.

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